Por: Nelli Itzanah Castro García

Cuando mi reflejo se endurezca y la belleza se fracture,
cuando mi vida dependa del dolor de las entrañas y el llorar de las esfinges.
Que mi aliento caduque y la sonrisa se marchite,
que mis ojos se iluminen y tus besos me provoquen.
Cuando las nubes rebosen de blancura y el pecho se retuerza,
cuando las montañas se sonrojen y el cielo me contemple.
Que la lluvia me seduzca y la tierra me proteja,
que las plantas me desnuden y tu cuerpo me abandone.
Cuando la luna despierte y el alma se oscurezca.
Que las estrellas me olviden y el llanto me atormente,
que la alegría se humille y el recuerdo te elimine.
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