Por: Nelli Itzanah Castro García

Desperté en la nieve
El corazón latía distinto;
más rápido, más lento, quizá sin pulso, quizá con mucha sangre
Vi un lugar nuevo
una ciudad nueva
una voz nueva
Nadie me conocía y eso estaba mejor
-La individualidad se perdía conforme intentaba tener una voz
La poesía regresaba a los pasos
Las sombras hablaron y el deseo persistió:
Querer olvidar porque nunca se ha sabido qué es
Vaciar para mantenerlo lleno
Mudar de pies, cambiar de ropa, crecer de nuevo, morir de nuevo; nacer y morir en cada segundo, ser nadie porque ya no se quiere ser alguien
Ser las sombras en su silencio
Ser rocas que acumulan secretos y miran entre sus grietas
Ser el cuerpo y las vendas que trae consigo la resiliencia
Lugares, despedidas y perspectivas
Ir lejos para desconocerme y aprender de nuevo
Irme porque me estoy muriendo
Algo se está esfumando
¿A dónde voy cuando intento no ser alguien? ¿Cómo hablo frente a las personas cuando ya no creo que es necesario hacerlo? ¿Desde cuándo tener un perfil bajo se volvió mi mayor aspiración?
Me cansé de mostrar, de correr, de pensar que algo está mal
Mi cuerpo no quiere estar quieto; mi silencio no está vacío
Inercia
-Perderse conforme se encuentra
Querer ir lejos para saber que está cerca, ir hasta que no logre reconocerse
Mostrar un cuerpo que se vació hace mucho
¿Cómo son los lugares cuando están vacíos? ¿Cómo son las cosas cuando ya no hay alguien?
Sincerarme con la nada; con nadie, conmigo y con nadie, contigo y conmigo, con ella y con todos, con todos y con nadie
Deshacerme
-Estar cerca sin estarlo
Irme para encontrar y olvidar
Comenzar a caminar, viajar al cielo
Irme sin mi cuerpo; sin mi
Sin el sueño ni el miedo
Permanecer en la nada
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